La Cámara de Diputados de la Nación aprobó este jueves el proyecto de ley de Reforma para el Fortalecimiento Electoral, que prevé la suspensión de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), previstas para este año. La aprobación se logró en una sesión extraordinaria en el que el oficialismo alcanzó el quórum tras acuerdos con varios frentes y el consenso se logró, con la mayoría especial necesaria, tras poco más de cinco horas de debate. Fueron 162 votos a favor, 55 en contra y 28 abstenciones. Entre esas abstenciones, llamativamente, estuvieron los tres diputados que responden a Sergio Uñac. Una decisión que dejó al descubierto el oportunismo político del Justicialismo, ya que va a contramano de lo que el exgobernador impulsó durante su gestión, hace tan solo un par de años atrás.
Fue el propio Uñac el que eliminó las PASO e impulsó el SIPAD (mecanismo calcado de la Ley de Lemas) para que los sanjuaninos no fueran dos veces a las urnas.
Este jueves 6 de febrero de 2025, sus alfiles, Fabiola Aubone, Walberto Allende y Jorge «Coqui» Chica se abstuvieron de votar la normativa que evitaría que los argentinos vayan dos veces a las urnas y el Estado tenga que hacer una erogación de 180 mil millones de pesos para resolver un problema interno de los partidos políticos.
El proyecto, que ayer logró media sanción, ahora será tratado en la cámara alta y habrá que ver cómo vota allí el propio impulsor de la eliminación de las elecciones Primarias y del Sistema de Participación Ampliada y Democrática (SIPAD) en San Juan. Algo adelantó a través de sus redes sociales, cuando al término de la votación en Diputados, señaló a las legisladoras del orreguismo de votar a favor de la iniciativa de LLA, cuando en 2022 los representantes de ese frente se opusieron a la iniciativa que finalmente se impuso en San Juan.
Uñac y sus alfiles quedaron en evidencia. Hace dos años les convenía el cambio de reglas, bajo el argumento de que la “gente vote menos veces”. Ahora no apoyan la eliminación de las PASO porque es el sistema que oficiaría de protección ante el inminente desangre del partido. Está claro que el uñaquismo defiende a Dios o al diablo, según le convenga al exgobernador. Es evidente que no les importa la gente, sino su propio negocio político. ¿Será por eso que las urnas le fueron esquivas y lo sacaron del sillón de Sarmiento?
