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Published on: Educación

Día de la Minería: Argentina busca su lugar en la transición energética, San Juan ya lo encontró

Cada 7 de mayo, San Juan celebra el Día de la Minería con los honores de una provincia que tiene en sus entrañas parte de su identidad. Pero este año es distinto. No es un aniversario más, no es una fecha simbólica: este año la minería dejó de ser una referencia al pasado y se volvió una promesa concreta de futuro. Por primera vez en décadas, no estamos hablando de lo que fuimos, sino de lo que podemos llegar a ser.

La razón es sencilla, pero profunda: el descubrimiento de Filo del Sol —el mayor hallazgo de cobre en el mundo en los últimos 30 años— marca un antes y un después en la historia minera de San Juan. Un proyecto que no solo pone a la provincia en el centro de la escena nacional, sino también en el radar de las potencias globales que pelean, silenciosamente pero con ferocidad, por los minerales estratégicos de la nueva economía.

En un mundo obsesionado con la descarbonización, la electrificación y la digitalización, el cobre se volvió un recurso tan valioso como escaso. Y San Juan está sentada, literalmente, sobre uno de los reservorios más grandes del planeta. Esa es la noticia. La pregunta es: ¿estamos preparados para lo que implica?

La gestión del gobernador Marcelo Orrego ha dado señales claras de querer estarlo. Con la creación de la Mesa del Cobre, la consolidación de proyectos de clase mundial y un discurso que empezó a trascender las fronteras provinciales, su gobierno ha sabido capitalizar un contexto internacional inmejorable. No se trata solo de atraer inversiones: se trata de sentarse a la mesa donde se discute el futuro energético del mundo.

Pero el potencial geológico no garantiza desarrollo. La historia minera argentina está llena de oportunidades perdidas. Por eso, más allá del optimismo, este Día de la Minería debería ser también un día de responsabilidad. La riqueza del subsuelo no alcanza si no se acompaña con una planificación de largo plazo, con reglas claras, con consenso social, con exigencia ambiental y, sobre todo, con una mirada estratégica que escape al cortoplacismo electoral.

Filo del Sol, Josemaría, Los Azules, El Pachón: nombres que podrían significar empleo, infraestructura, tecnología, encadenamientos productivos, divisas. O nombres que podrían engrosar la lista de lo que pudo haber sido. La diferencia está en la política. Y no en la política como discurso, sino como capacidad de gestión, de articulación, de visión.

San Juan tiene, por primera vez en mucho tiempo, una oportunidad histórica. Y no es exagerado decir que esta vez el futuro no depende de lo que hagan otros. Depende de lo que hagamos nosotros. Si estamos dispuestos a asumir los desafíos de una minería moderna, sustentable e inteligente. Si dejamos atrás los prejuicios cómodos y las peleas chicas. Si nos animamos a jugar en las grandes ligas.

El cobre no va a esperar para siempre. El futuro tampoco.