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Published on: Editoriales

Cuando los jubilados importan solo para la foto

Ayer, la Cámara de Diputados de la Nación votó a favor de algo que debería ser indiscutible: mejorar la situación de los jubilados. Se aprobó una nueva fórmula de movilidad previsional que incluye un aumento del 7,2% en los haberes y una suba del bono que otorga el gobierno, que pasará de $70.000 a $110.000. Además, se respaldó la continuidad de la moratoria previsional, una herramienta que permite que quienes no lograron completar los aportes necesarios puedan acceder a una jubilación.

No fue un gesto simbólico: fue una decisión concreta para que millones de jubilados vivan un poco mejor. Y sin embargo, hubo quienes votaron en contra. En San Juan, el diputado José Peluc, de La Libertad Avanza, fue uno de ellos.

Peluc eligió defender el ajuste antes que a los jubilados. Eligió el relato de la motosierra antes que la realidad de quienes apenas pueden pagar sus medicamentos o llenar la heladera. Mientras muchos hablaban de responsabilidad fiscal, él votó en contra de un alivio directo para los sectores más vulnerables del país.

Peor aún fue el silencio. Porque los tres diputados del peronismo sanjuanino acompañaron con el voto, pero no con la voz. No hablaron. No defendieron la medida. No usaron el micrófono para expresar la urgencia que viven miles de sanjuaninos que dependen de ese bono y de ese aumento para subsistir. Se limitaron a estar, sin decir.

La única que se hizo escuchar fue Nancy Picón, diputada de Producción y Trabajo, que fue clara y directa: “No podemos seguir llegando tarde a los jubilados”. Y tiene razón. Porque cuando se vota a favor de la dignidad, no se puede votar en silencio. Mucho menos en contra.

La nueva ley no es un capricho político. Es una respuesta a una necesidad urgente. Porque con una jubilación mínima que no alcanza ni para vivir ni para enfermarse, cualquier mejora es una obligación moral. Y con más razón si viene acompañada de control, racionalidad y alcance real.

Peluc votó en contra. Eligió el Excel antes que la dignidad. Y al hacerlo, dejó claro que para algunos, los jubilados solo importan en campaña. Para la foto. Para el eslogan. Pero no a la hora de levantar la mano. Y eso, también, hay que recordarlo.