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Published on: Editoriales

El Tribunal de Cuentas, más político que contable

Cuando uno escucha hablar del Tribunal de Cuentas, imagina un organismo técnico, imparcial, austero. Un grupo de profesionales revisando papeles, balances, licitaciones. Pero en San Juan, ese tribunal parece más bien una sucursal del comité político de Sergio Uñac. Porque cada vez que un adversario del uñaquismo incomoda o se despega del esquema, el “control” llega puntual, afilado y con nombres bien conocidos.

Juan Flores y Pablo García Nieto no son solo miembros del Tribunal de Cuentas. Son soldados del uñaquismo. Flores llegó al cargo de la mano del entonces gobernador, y García Nieto fue premiado con la presidencia del organismo. Dos militantes disfrazados de técnicos que hacen equilibrio con la lapicera según a quién tengan que “auditar”.

Ahora le apuntan a Emilio Baistrocchi, exintendente de la Capital. Y lo hacen con el mismo manual de siempre: informes amplificados en medios amigos, denuncias infladas y timing político. No se trata de transparencia. Se trata de castigo. Baistrocchi no cayó por honesto, pero sí cayó por díscolo. Se le ocurrió tener autonomía, marcar distancia, no ser el intendente obediente. Y eso, en la lógica uñaquista, se paga.

Baistrocchi ahora denuncia persecución y nepotismo. Tarde. Porque cuando los vientos soplaban a favor, él también se beneficiaba del silencio cómplice del sistema. No dijo nada cuando otros eran apuntados por el mismo tribunal que hoy lo hostiga. Y aunque su reacción sea válida, no alcanza con denunciar cuando te toca.

El Tribunal de Cuentas se volvió una herramienta política. No controla, selecciona. No audita, apunta. No sirve a la transparencia, sino al aparato. Y con funcionarios que responden a un jefe político más que a la Constitución, lo único que se audita en serio es quién está con quién y hasta cuándo.

En San Juan no se necesitan solo balances limpios. Se necesitan organismos limpios. Porque mientras el Tribunal de Cuentas tenga dueños, lo que va a faltar no es plata. Es justicia.