Con la llegada del frío, los módulos alimentarios que distribuye la Dirección de Emergencias y Políticas Alimentarias se actualizan para ofrecer una mejor cobertura nutricional. A partir de este mes, las familias que los reciben encontrarán una versión reforzada con alimentos pensados para aportar más calorías, fibras y proteínas.
Entre las novedades se incluyen lentejas, porotos, una lata de atún y un postre de vainilla para preparar con leche. Estos productos se suman a los ya habituales: arroz, leche, azúcar, aceite, harina de maíz, fideos, yerba y panificados, completando un total de 11 ítems.
Los módulos especiales para personas con celiaquía o diabetes no tendrán cambios en su composición, ya que están diseñados con criterios específicos: productos sin gluten, descremados o con mayor cantidad de fibras, según el caso.
“La selección no es aleatoria. Un equipo técnico evalúa qué necesita el cuerpo para estar bien alimentado durante el invierno”, explicó Lorena Acosta, titular del área, quien además aclaró que el módulo “no reemplaza todas las comidas del mes, sino que es un complemento al que se suma la educación alimentaria”.
Para fomentar el uso adecuado de los alimentos y evitar desperdicios, cada caja incluye un código QR con recetas simples y recomendaciones prácticas. La iniciativa busca enseñar cómo potenciar los ingredientes disponibles: desde usar el aceite crudo para preservar sus propiedades, hasta combinar arroz y legumbres con huevo, queso o carne para lograr una proteína completa.
Las nutricionistas del equipo, Adriana Leites y Adela Castro, también promueven sumar productos como avena y granos a la dieta diaria, no solo en sopas o guisos, sino en preparaciones variadas como hamburguesas vegetales, panes o snacks saludables al horno.