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Published on: Editoriales

Gioja ya no sabe con quién ir, pero quiere ir igual

El peronismo sanjuanino atraviesa su peor crisis de identidad en años. Desunido, sin liderazgo claro, con internas cada vez más expuestas y sin un proyecto común, sus principales referentes ya no saben cómo pararse frente al electorado. En ese contexto, José Luis Gioja se mueve como siempre: buscando dónde acomodarse para volver a entrar.

La última frase del exgobernador lo dice todo. Esta vez no fue para defender a Cristina ni para atacar a Milei —aunque eso también lo hace seguido—, sino para tirarle flores a Marcelo Orrego, el actual gobernador. “Si hace las cosas bien, hay que acompañarlo”, dijo Gioja, como quien tantea terreno por si hay lugar para él en otro vagón del tren.

No es la primera vez. Cada vez que puede, Gioja elogia la gestión de Orrego, incluso cuando su propio espacio se dedica a cuestionarla. Mientras el resto del PJ guarda silencio o apunta al oficialismo, Gioja parece más interesado en mostrarse “razonable”, “abierto”, “dialoguista”. En realidad, parece más interesado en seguir siendo candidato, como sea, con quien sea.

A sus 75 años, el exgobernador ya no disimula sus intenciones de volver al Congreso como diputado nacional en octubre. Y como el peronismo está tan dividido que ni siquiera puede garantizarle un lugar en una lista competitiva, no le tiembla la voz para coquetear con el adversario. Lo suyo no es ideología. Es supervivencia.

Mientras tanto, critica con dureza al gobierno nacional de Javier Milei —eso sí, no pierde la costumbre—, pero calla frente al desastre que dejó el peronismo en San Juan y en la Nación. Nunca una autocrítica. Nunca una reflexión sincera. Solo acomodarse para estar.

En definitiva, Gioja ya no sabe con quién ir. Lo único que tiene claro es que quiere ir. Porque lo suyo no es representar. Es estar. Aunque el peronismo se incendie, aunque ya no lo sigan, aunque el tiempo haya pasado. Mientras haya una banca, habrá un Gioja dispuesto a levantar la mano. Aunque sea para aplaudir a quien ayer criticaba.

Y así estamos. Con un peronismo que no puede definir un rumbo, pero que sí produce candidatos en piloto automático. Y con un Gioja que, lejos de retirarse con dignidad, sigue buscando lugar en una película donde ya no es protagonista. Solo un actor de reparto que no se quiere bajar del set.