El peronismo sanjuanino sigue buscando la tan mentada “unidad”. Reuniones, fotos forzadas, llamados de último momento, rosca por las candidaturas. Todo eso ocurre mientras el calendario electoral corre y las decisiones de fondo siguen sin aparecer. La pregunta no es si llegarán a un acuerdo, sino si ese acuerdo servirá para algo.
Porque mientras en el PJ se pelean por quién encabeza la lista, en el Gobierno de San Juan se enfocan en gobernar. Y lo hacen con hechos concretos, lejos del ruido político. Esta semana, tres noticias pusieron a la provincia en el centro del mapa económico nacional: récord en inversión minera, nuevos empleos para vecinos de Ullum y una ley clave para fortalecer a los proveedores locales.
El proyecto Hualilán, uno de los más prometedores, anunció que priorizará la contratación de mano de obra local, generando puestos de trabajo directos para los sanjuaninos. Mientras tanto, la nueva Ley de Proveedores Mineros avanza con el objetivo de que el desarrollo de la minería derrame en más pymes y emprendedores provinciales. Y por si fuera poco, el primer trimestre de 2025 fue el mejor en 13 años para la minería en San Juan.
Todo esto no ocurre por casualidad. Ocurre porque hay una gestión que entiende que el desarrollo no se grita, se construye. Mientras algunos hacen actos para defender a dirigentes condenados, otros trabajan en silencio para crear empleo, atraer inversiones y ordenar las cuentas.
El contraste no puede ser más claro: el PJ todavía discute cargos, mientras la gestión ya muestra resultados. Una fuerza política intentando armar su lista en medio de internas viejas y nombres desgastados. Un gobierno provincial enfocado en que la minería sea motor de desarrollo real, y no solo discurso de campaña.
Quedan pocos meses para que los sanjuaninos vuelvan a votar. Y si algo va quedando claro es que la gente ya no quiere promesas, quiere gestión. No quiere carteles con apellidos repetidos. Quiere oportunidades, empleo, desarrollo.
Mientras el PJ juega al rompecabezas electoral, la minería en San Juan sigue avanzando. Y con ella, también avanza la esperanza de una provincia que no quiere volver al pasado.
