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Published on: Editoriales

Orrego, gestión y diálogo por San Juan

Marcelo Orrego está marcando una diferencia clara en la forma de gobernar San Juan. Su estilo combina firmeza y diálogo, con un único objetivo: defender los intereses de los sanjuaninos. Así lo demostró nuevamente al reunirse con el ministro del Interior, Lisandro Catalán, en un gesto que confirma que la prioridad de su gestión es abrir puertas y tender puentes donde sea necesario para lograr soluciones concretas para la provincia.

Orrego no cae en la lógica de la confrontación vacía ni en el seguidismo automático. Cuando sus diputadas nacionales deben votar en contra de proyectos del Gobierno nacional que perjudican a San Juan, lo hacen sin titubear. Y cuando la provincia necesita estar en la mesa de diálogo, Orrego también está, demostrando que se puede defender con firmeza los intereses locales y, al mismo tiempo, sostener un vínculo institucional que permita acuerdos beneficiosos.

Este camino de gestión permanente y diálogo inteligente marca un contraste abismal con el kirchnerismo y con Cristian Andino. Porque Andino ya dejó en claro que su única estrategia es oponerse a todo lo que provenga de Javier Milei, sin importar si eso beneficia o perjudica a San Juan. Esa mirada dogmática y obediente a las órdenes de Uñac y del kirchnerismo nacional condenaría a la provincia a perder oportunidades y a quedar atrapada en la lógica de la grieta.

Orrego entiende que gobernar es gestionar, escuchar, negociar y resolver. No se trata de levantar la mano a ciegas ni de buscar aplausos fáciles en la tribuna partidaria, sino de pensar cada decisión en función de lo que necesitan los ciudadanos. Esa es la diferencia entre quien asume la responsabilidad de conducir una provincia con seriedad y quien solo repite consignas vacías.

Mientras Andino promete enfrentamientos estériles y obediencia partidaria, Orrego se consolida como un gobernador que gestiona, que pone a San Juan en el centro de la agenda nacional y que tiene la madurez para dialogar con todos, siempre que eso signifique beneficios reales para su gente. Esa es la política que construye futuro: la que trabaja todos los días por San Juan, no la que se esconde detrás de una bandera para decir “no” por inercia.