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Published on: Editoriales

El patrimonio de Uñac y la política como negocio

La noticia sorprendió a muchos, pero no debería: Sergio Uñac declaró un patrimonio de 594 millones de pesos, lo que lo ubica como el séptimo senador más rico de la Argentina. No hablamos de un empresario exitoso ni de un profesional destacado en el sector privado. Hablamos de alguien que hizo toda su carrera dentro de la política, sin haber pisado nunca la actividad privada.

¿Cómo se explica que un dirigente que nunca generó riqueza en el sector productivo, que nunca arriesgó en una empresa, que nunca tuvo un empleo fuera del Estado, acumule semejante fortuna? La respuesta está en el modelo político que Uñac representa: uno en el que la política dejó de ser un servicio público para transformarse en un negocio personal.

Mientras los sanjuaninos hacen malabares para llegar a fin de mes, Uñac se consolida entre los más ricos del Senado. Y como si fuera poco, sigue sosteniendo a Cristian Andino, su discípulo político y actual asesor, que cobra más de 2 millones de pesos mensuales sin mostrar resultados ni un trabajo real que justifique ese ingreso.

Esto es lo que indigna: una dirigencia que se enriquece de la política y a la sombra del Estado, mientras las familias viven cada vez con menos. Uñac y Andino son dos caras de la misma moneda: un esquema que usa los cargos públicos como trampolín personal, en lugar de ponerlos al servicio de la gente.

San Juan necesita dirigentes que produzcan, que gestionen, que devuelvan con hechos la confianza de la sociedad. Lo que no necesita es más de lo mismo: políticos ricos a costa de un pueblo cada vez más pobre.