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Published on: Editoriales

Romina Rosas y el plebiscito de su propia gestión

Romina Rosas eligió las palabras: dijo que las elecciones de medio término serán un plebiscito de su gestión. Y en eso tiene razón. Caucete será quien ponga la nota final a una intendencia que no logró resolver los problemas de fondo y que arrastra deudas millonarias que todavía pesan sobre el municipio.

Los vecinos no olvidan que durante su mandato el municipio acumuló compromisos impagables, que tuvo que reconocer pagos irregulares a funcionarios y que hasta se judicializó una deuda millonaria con la empresa de energía . Esa es la herencia de su gestión: cuentas en rojo y una imagen pública deteriorada.

Si Rosas plantea que la elección es un examen, entonces debe aceptar el resultado que ya se ve venir: Caucete está cansado de improvisaciones, de promesas incumplidas y de dirigentes que no dan respuestas. Su imagen negativa en el departamento es el reflejo más claro de ese desencanto.

Pero el caso de Rosas no es aislado. Ella es parte del mismo esquema político de Sergio Uñac, el séptimo senador con más patrimonio en la Argentina, que declaró 596 millones de pesos construidos íntegramente desde la política. Y no es casualidad: Romina Rosas es su segunda candidata, detrás de Cristian Andino, otro dirigente sostenido artificialmente por el exgobernador.

En definitiva, cuando Rosas dice que la elección será un plebiscito sobre su gestión, también está reconociendo que lo será sobre el modelo de Uñac: un modelo que enriqueció a su conductor, que reparte cargos y asesores con sueldos millonarios, y que dejó a Caucete con más problemas que soluciones.

Los vecinos tendrán la palabra en las urnas. Y todo indica que, esta vez, el plebiscito no será el aplauso que Romina Rosas y Sergio Uñac esperan, sino la reprobación de un ciclo político agotado que ya no convence a nadie.