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Published on: Editoriales

Educación técnica en San Juan, de la desorganización al rendimiento eficiente

Cuando Marcelo Orrego asumió como gobernador, instaló un mensaje que se repitió en cada uno de sus discursos: la educación sería un pilar central de su gestión. A un año de esa promesa, comienzan a verse indicadores concretos que muestran un cambio de rumbo respecto a la administración anterior.

Uno de los avances más significativos proviene del ámbito de la educación técnica. San Juan pasó de ubicarse entre las provincias con peores rendiciones de fondos nacionales —un lugar que arrastraba y que había dejado al sistema técnico al borde de la paralización— a posicionarse hoy entre las cinco jurisdicciones más eficientes del país. El salto no ocurrió por azar: implicó auditorías, seguimiento real, orden administrativo y una decisión política de poner fin al desorden heredado.

Ese ordenamiento tuvo efectos inmediatos. Las escuelas técnicas volvieron a recibir desembolsos nacionales que estaban bloqueados por la mala rendición del ciclo anterior. Equipamiento, insumos para talleres, herramientas, programas de financiamiento y participación en planes federales volvieron a poner a la provincia en movimiento. Donde antes había trabas, ahora hay mecanismos ágiles y un “gasto inteligente” que prioriza los insumos productivos por sobre los gastos burocráticos.

Lo que antes era una provincia rezagada, hoy empieza a mostrar músculo. Talleres equipados con tecnología de punta, escuelas autosustentables energéticamente, y la participación de instituciones sanjuaninas en programas nacionales y desafíos técnicos de los que se habían quedado afuera por problemas económicos y administrativos.

Incluso la articulación público-privada —muchas veces desatendida en gestiones anteriores— comienza a dar frutos: empresas como Finning CAT entregaron equipamiento de alto valor para la formación laboral, mientras que el crédito fiscal permitió que instituciones como el Centro de Formación Nº 1 accedieran a herramientas avanzadas por segundo año consecutivo.

Los resultados también se ven en el desempeño estudiantil: el proyecto “Hidracaps”, creado por alumnos de la EPET Nº 3 de Rawson, ganó un concurso nacional entre casi 400 iniciativas. No es un logro aislado, sino el síntoma de un ecosistema educativo que vuelve a funcionar.

Queda aún un desafío mayor: que Nación cumpla con el financiamiento que establece la ley. Pero mientras ese escenario se discute, San Juan hizo lo que tenía que hacer: ordenar la casa, recuperar credibilidad y demostrar que, con gestión, es posible pasar del atraso al liderazgo.

En un contexto nacional crítico, donde la educación suele ser la primera variable de ajuste, San Juan eligió un camino distinto. La provincia dejó atrás la desidia administrativa de años anteriores y hoy empieza a perfilarse como una referencia en educación técnica. Y, en definitiva, eso significa más oportunidades, mejores herramientas y un futuro más sólido para miles de estudiantes que se preparan para el mundo del trabajo.