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Published on: Desarrollo Económico

Empresas chilenas ponen la mira en el cobre sanjuanino y generan inquietud en la industria local

El renovado auge de la minería cuprífera en la Argentina no pasa desapercibido al otro lado de la cordillera. Varios actores de peso en la industria chilena ya han comenzado a explorar oportunidades en San Juan, una de las provincias con mayor proyección en este sector. Esta situación ha reavivado tensiones con empresarios y gremios locales, que exigen reglas claras para proteger el trabajo y la contratación dentro del país.

El interés chileno no es nuevo, pero ahora se presenta con más fuerza. De acuerdo con una publicación reciente del portal MDZ, el presidente del Consejo Minero de Chile, Joaquín Villarino, lanzó fuertes declaraciones al respecto. “Los argentinos no son buenos en minería”, disparó, y sugirió que será necesario que empresas chilenas «crucen la cordillera» para aportar su experiencia técnica.

Más allá del tono polémico, lo cierto es que varias compañías chilenas están decididas a insertarse en el mercado minero argentino. Una de ellas es Schwager, una empresa con larga trayectoria que se reconvirtió hacia los servicios mineros tras décadas en la minería del carbón. Su gerente general, Alex Acosta, afirmó que se presentarán en todas las licitaciones que surjan en territorio argentino, y que ya evalúan alianzas con socios locales para facilitar su desembarco.

Este avance extranjero despierta resistencias. En provincias como San Juan y Salta, diversos sectores reclaman normativas que prioricen a proveedores y trabajadores locales. El temor es que el desembarco de capitales y empresas extranjeras, especialmente chilenas, deje a actores nacionales en un segundo plano.

El caso del proyecto Vicuña es ilustrativo. El grupo Lundin, con presencia en ambos lados de la cordillera, busca articular sus operaciones en Chile (como Candelaria y Caserones) con los desarrollos en Argentina. La logística transfronteriza y el tratado binacional entre ambos países se presentan como herramientas clave para facilitar ese objetivo.

En paralelo, la gigante chilena Antofagasta PLC sigue manifestando interés en el proyecto Pachón, actualmente en manos de Glencore, lo que refuerza la idea de que el futuro de la minería en San Juan podría tener una impronta chilena más marcada de lo previsto.

Aunque el interés extranjero podría significar una oportunidad para el crecimiento del sector, también plantea el desafío de equilibrar la inversión internacional con el desarrollo y fortalecimiento de la cadena de valor local. En ese juego de tensiones y expectativas, San Juan se prepara para defender su protagonismo.