Leonardo Gioja tiene cargo en el Senado de la Nación. Es asesor de Sergio Uñac, cobra como tal, y su función, en teoría, debería ser trabajar en leyes, reuniones y temas clave para San Juan.
Pero basta con mirar la televisión para ver en qué anda: más que en pasillos legislativos, se lo ve cómodo como panelista en el programa de su pareja, una reconocida periodista sanjuanina, opinando sobre política como si estuviera en campaña permanente. Y quizás lo está.
Porque en el peronismo local ya se habla de que quiere ser candidato a diputado nacional por el nuevo frente kirchnerista Fuerza San Juan. Quiere encabezar la lista. Ser la primera opción del giojismo para enfrentar las elecciones de octubre.
No es poca ambición. Sobre todo para alguien que viene de perder en la elección por la intendencia de Capital y que, en lugar de construir desde el territorio, se acomodó en una oficina en Buenos Aires con sueldo público incluido.
¿A quién representa Leonardo Gioja? ¿A San Juan? ¿A los que lo votaron? ¿O simplemente a su apellido?
Porque una cosa es militar, y otra muy distinta es vivir del Estado para hacer campaña en la tele. Y eso es exactamente lo que está haciendo.
La política no necesita más herencias. Necesita compromiso real. Trabajo. Coherencia. Y sobre todo, respeto por los sanjuaninos que, con sus impuestos, sostienen esos cargos que algunos transforman en trampolines personales.
