Cristian Andino salió a la calle con un camión, como si la política se tratara de una gira circense. Lo presentó con bombos y platillos, prometiendo recorrer la provincia. Pero detrás de la chapa pintada y las luces de ocasión no hay nada: ni ideas, ni propuestas, ni un plan para sacar a San Juan adelante.
El camión es apenas un decorado, un intento desesperado por llamar la atención de una sociedad cansada de los shows vacíos. Porque la verdad es que Andino no ofrece nada nuevo: vive de la política hace años, cobra más de 2 millones de pesos como asesor de Sergio Uñac y no tiene otra carta que la de disfrazarse de candidato itinerante.
Mientras los sanjuaninos esperan respuestas frente a la crisis, Andino se sube a un camión para vender humo. Es la muestra más clara de un dirigente sin rumbo, sostenido únicamente por el padrinazgo de Uñac y por un Estado que le paga fortunas a cambio de nada.
San Juan no necesita un camión. Necesita un proyecto. Y está claro que Andino no lo tiene.
