La suma es millonaria y ya tiene fecha de vencimiento. Pero no para bien, sino para mal, porque su silencio será aún más caro. Es que en una semana vence el congelamiento de la dieta de los senadores. Ese que dispuso la vicepresidenta Victoria Villarruel a principios de año. A partir de entonces, quienes conforman la Cámara Alta pasarán a cobrar un sueldo bruto de $9.5 millones. Una cifra exorbitante en comparación con los sueldos de cualquier argentino.
El número es indignante de por sí, pero más aún al tener en cuenta la labor de alguno de los legisladores. Es que justo este fin de semana se conoció, a través de un informe de Parlamentario que mide el Índice de Calidad Legislativa, que hay seis senadores que en todo el 2024 no emitieron ni una palabra en el recinto. Uno de los silenciosos es el exgobernador Sergio Uñac. La lista la completan Ivanna Arrascaeta, de La Libertad Avanza; la misionera Sonia Rojas Decut y los senadores de Unión por la Patria Claudia Ledesma Abdala, Juan Manzur, Gerardo Montenegro.
Es decir que, el exgobernador de San Juan y actual senador cobró 4,5 millones de pesos mensuales por no decir una sola palabra. Evidentemente su silencio vale y mucho.
La prórroga del decreto 27/24 que impidió el aumento fue resuelta, en su momento, dado que, como hicieron constar los senadores, se decidió “en atención a las políticas de esta gestión y a la crisis económica actual, resulta necesario que los representantes del pueblo compartan el esfuerzo que efectúa la sociedad en su conjunto, guiados por la ética de la solidaridad y promoviendo políticas públicas acordes a la realidad”. Es así como, en un acto de arrojo total, tanto Uñac, como el resto de los miembros de la Cámara alta, se quedaron con sus «magros» sueldos que casi rozan los 5 millones de pesos.
Curiosa la actitud del exgobernador de San Juan que, en todo un año parlamentario, no tuvo nada que decir de ninguno de los temas que aquejan al país. Llamativo que después salga a criticar a través de los medios, ya que desde la banca en la que lo puso la mayoría de los sanjuaninos no emite sonido alguno. Sugerente además, porque su actividad, entre las sombras, es bastante activa, sobre todo cuando baja línea a los diputados, tanto nacionales, como provinciales, de votar en contra de iniciativas que otrora apoyó en la provincia, o peor aún, cuando manda a dejar sin quórum una sesión en la que se definía una iniciativa que mejorará la calidad educativa de los niños y adolescentes sanjuaninos.
¿Se habrá olvidado -como sostuvo hace una semana Mauricio Ibarra- qué es lo que significa ser oposición? ¿Creerá que la banca es solo un lugar para ostentar el poder y no un espacio para representar al pueblo sanjuanino y a sus intereses? Es necesario que no solo él, sino todos quienes ocupan un cargo electivo, sean conscientes de la necesidad de la ciudadanía, de aquellos que viven al día, de los que no pueden vivir dignamente, de los jubilados, de los que carecen de una fuente de trabajo, de los que no llegan a fin de mes. Es urgente que se acuerden de aquellos que los votaron, a esos mismos que van a buscar nuevamente en el mes de octubre. Es imprescindible que, como representante del peronismo cumpla con su premisa fundamental de ser popular y no, como lo viene haciendo, de ser parte de la casta, esa que cobra sueldos extraordinarios, y ni siquiera cumple con sus funciones.