Este martes todos los diarios hablan de una foto que se tomó el domingo. Es que la imagen muestra, en el contexto de la Fiesta de la Doma y el Folklore, con sede en Rawson, al intendente departamental Carlos Munisaga junto a los dos aspirantes a ser candidatos a diputado nacional por el Justicialismo, Cristian Andino y Fabián Gramajo. La postal la completaron la intendenta de la Capital Susana Laciar (mujer fuerte del orreguismo), y los jefes comunales Matías Espejo (Jáchal), Daniel Banega (9 de Julio) y David Dominguez (Ullum). La imagen dice más de lo que muestra, y es una clara composición de consenso, unidad y liderazgo.
Pero tiene una particularidad en el contexto. Es que la fotografía parece tener la firma del asesor de Sergio Uñac, Mauricio Ibarra. El exjefe comunal está desaparecido tras haber sido desplazado de su lugar al lado del senador nacional. Sin embargo, es un hombre de política que como reza el dicho: pierde el pelo, pero no las mañas. Tiene historia, antecedentes de armador y verdugo de una facción del PJ. Es que cuando se fue del partido, en la época del giojismo, le ganó la pulseada al exgobernador José Luis Gioja y se quedó con una banca en la Cámara de Diputados. Luego, volvió y volvió a torcerles la muñeca cuando logró que Carlos Munisaga, hombre de su riñón, se quedará con el terruño giojista por antonomasia.
Ibarra venía recibiendo tiros directos y por elevación por parte del presidente del PJ, Juan Carlos Quiroga Moyano. Le reclamaban haber perdido una banca en la Legislatura, tras el fallecimiento de Horacio Quiroga y la negativa de Florencia Peñaloza de dejar su cargo como Defensora del Pueblo para asumir en Diputados. Puertas adentro aseguran que su presencia molestaba al veinticinqueño, porque sentía que tenía más poder que él. Finalmente, y cuando Quiroga Moyano parecía haberse salido con la suya, la figura de Ibarra vuelve a aparecer con fuerza moviendo los hilos del PJ.
Es que Ibarra no le va a pedir permiso, y ante su ausencia y “falta de autoridad” -reconocida por propios y extraños-, el rawsino busca posicionar a su gente y no sólo pensando en las Legislativas, sino en las generales del 2027. El PJ está desarmado y parece no haber manera de unir las piezas. Cada uno tira para su lado y la guerra intestina va generando cada vez más alejamientos.
No obstante, Carlos Munisaga, avisó antes de que terminara el año que, iba a ser crucial el trabajo de los intendentes en la campaña para las elecciones de medio término. La frase no cayó bien en el senador Uñac, que cuando tuvo su reaparición mediática se encargó de echar por tierra. La frase del actual jefe comunal de Rawson no era inocente. Estaba marcando el poder de algunos intendentes por el caudal de votos logrados en los comicios del 2023. Esto dejó en claro que, si bien Munisaga fue el secretario de Seguridad durante la administración de Uñac, luego de la caída del PJ en las urnas en 2023 hubo un marcado alejamiento.
Otra vez: Ibarra tiene historia. Cuando se fue del PJ repetía una frase: “Yo lo conozco a Gioja, si me dice que doble a la izquierda doblo a la derecha porque seguro que me lo encuentro”. Hoy las versiones aseguran que no se aleja del costado de Munisaga y que su intención siempre es trabajar por Rawson. Desde el círculo íntimo del actual jefe comunal aseguran que están enfocados en eso y nada más. Pero, ¿será la venganza de Ibarra que Munisaga se erija como el hombre que pueda aglutinar el PJ, en medio de una lucha que parece no tener fin? ¿Será el momento en que Ibarra logre torcer las muñecas de los dos caudillos -Uñac y Gioja- y marcar el destino del partido, imponiendo a Munisaga para el 2027? Ibarra está desde las sombras, pero no está dormido.