El número es alarmante. Es que ya no alcanzan los dedos de las manos para contar las renuncias que recibió el jefe comunal del departamento cordillerano Sebastián Carbajal y rompe un récord nefasto. El listado de bajas (11) está compuesto por Carlos Perelló (Obras y Servicios), Daniel Anes (Hacienda), Carlos Rivero (Cultura), Edgardo Aballay (Agricultura), Óscar Gallardo y Marco Licciardi (Minería), Carlos Cortéz (Delegación Barreal), Javier Sierra (Administración), Daniel Roco (Prensa y Protocolo), José Luis Aballay (Obras) y la más reciente de Mauro Olivera (Turismo y Cultura). Pero este número no parece preocupar al jefe comunal que, de acuerdo a sus propias palabras, gobierna más como patrón de estancia que como un hombre elegido por el voto popular. Es que Sebastián Carbajal usó sus redes sociales para referirse al éxodo de funcionarios, argumentando que “el que no trabaja se va de la Municipalidad”.
Pero eso no quedó allí, porque además eligió hacer una comparación con la Provincia, diciendo que en el departamento que tiene a cargo, “no es como en el Centro Cívico o en la calle Paula -por Casa de Gobierno-, donde perdonan a los ñoquis. Así está la provincia, desvastada(sic)” expresó. El jefe comunal definió de esta manera, a sus exfuncionarios, los que él mismo eligió, como unos ñoquis. Menudo favor se hizo a sí mismo, reconociendo que no tuvo la pericia ni la experiencia necesaria para poder armar un equipo de trabajo que cumpliera con las funciones correspondientes.
Habría que recordarle a Carbajal que es el propio terruño en el que él gobierna en el que ni siquiera está aprobado el presupuesto 2025, porque su administración no mandó a tiempo el proyecto para que lo tratara el Concejo Deliberante. ¿Será porque el Ejecutivo municipal no estaba trabajando? A esto se le suma la contienda que mantiene con los concejales de su propio color político y los de la oposición que desembocaron en que las fiestas departamentales no se pudieran realizar.
“Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno y no la viga que uno tiene en el propio”, reza el dicho que le viene como anillo al dedo a un intendente que no encuentra forma de poner en orden su departamento y que, en vez de ponerse a trabajar, usa sus redes sociales para criticar administraciones ajenas. ¿Será oportuno que Carbajal baje las horas que pasa en redes sociales y de análisis de gestiones ajenas y se ponga a trabajar para lo que fue elegido? Sin dudas tiene mucha labor por delante, como así también es imperioso que entienda que gobernar no es ejercer el autoritarismo. O ¿será que el modelo que sigue del PJ no es el mejor para estar en un cargo como el que ocupa?