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Published on: Editoriales

La Cámpora en San Juan: entre el péndulo Andino y Gioja

El kirchnerismo duro ya está en movimiento en San Juan. La Cámpora, la organización que encarna el núcleo más fiel del cristinismo, puso en claro su respaldo a Cristian Andino y José Luis Gioja. ¿La razón? Son ellos —sin eufemismos— los que representan lo que La Cámpora percibe como el kirchnerismo auténtico en la provincia.

Quien conduce este espacio a nivel local es la senadora nacional Celeste Giménez. Un cargo que consiguió gracias a la mano del propio Uñac, con quien están claramente alineados. Y está claro que La Cámpora no tiene en su mira al peronismo moderado: su apuesta se inclina por “los propios”.

La última semana hubo un movimiento significativo. Alguien con peso en la organización a nivel interior —Joaquín Bezi— se reunió con Andino, exintendente de San Martín. ¿El objetivo? Ajustar piezas, negociar apoyos y sembrar certezas. Dos días de estrategia para reconfirmar lo que ya circulaba: que La Cámpora da su respaldo explícito a Andino.

Lo llamativo es que, mientras Giménez y los suyos colocan a Uñac en un rol retroactivo —incluso se lo llegó a postular como presidente del Partido Justicialista nacional antes que Cristina recuperara el liderazgo—, su apuesta está clara: quieren que el PJ sanjuanino sea el reducto del kirchnerismo, sin máscaras ni zonas grises.

En este tablero, el que queda fuera de juego es Fabián Gramajo. No porque le falte gestión o estructura, sino porque es el menos kirchnerista del lote, y eso lo convierte en una figura incómoda para el núcleo duro.

Y aunque el péndulo político oscile entre Gioja y Andino, y cualquiera de los dos parezca fuerte, la verdad es que la última palabra sigue siendo de Cristina Kirchner. Ella determina la línea nacional. Y si bien en San Juan hay murmullos y apuestas locales, en definitiva, todo pasa por Buenos Aires.

En tiempos donde decimos que queremos nuevas caras, al final del día la jugada es la de siempre: conservar la lealtad, repartir poder y contener a los propios. Porque, a fin de cuentas, lo que está en juego no es San Juan, ni el peronismo de hoy. Sino quién va a controlar ese pedazo del kirchnerismo que sobrevive en la provincia.