El kirchnerismo sanjuanino blanqueó lo que ya se intuía: Sergio Uñac se quedó con el armado y puso llave doble. Se aseguró el primer y segundo lugar de la lista; Gioja quedó afuera; Gramajo va tercero y Andino—que es Uñac—encabeza el operativo. ¿Renovación? No. Control.
En las redes, Uñac salió a abrazar a “sus” candidatos y a vender épica de unidad. Pero la foto no tapa lo obvio: no hay unidad en el PJ, hay alineamiento al dedo. La consigna real es una sola: defender a Cristina. Todos los nombres que entraron comparten ese credo; son kirchneristas antes que sanjuaninos.
Andino no es una sorpresa: es la continuidad del uñaquismo con la estética de campaña encendida hace rato. Gramajo, relegado al tercer lugar, queda como convidado de piedra en un esquema que lo usa para sumar, pero no para decidir. Y el dato más fuerte: Gioja afuera. Cuando el reparto se hace a puertas cerradas, hasta los históricos muerden polvo.
¿Y San Juan? Bien, gracias. Mientras reparten casilleros para blindar la trinchera K, los problemas de la provincia siguen esperando. La boleta es un espejo: refleja un partido encapsulado, mirando a Buenos Aires, atornillado a viejas lealtades y sin proyecto común.
El mensaje es claro: la lista es de Uñac, el rumbo es de Cristina y la unidad es un eslogan. Lo demás, puro decorado.
