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Published on: Editoriales

Orrego, un gobernador que camina con su gente

Marcelo Orrego demostró que no es un gobernador de escritorio. Esta semana comenzó su recorrida de campaña poniéndose al hombro la defensa de San Juan y acompañando a sus candidatos a diputados nacionales: Fabián Martín, Laura Palma y Federico Rizo. Y no eligió cualquier lugar: fue a Pocito, el histórico bastión del uñaquismo, a caminar los barrios y hablar cara a cara con los vecinos.

El gesto no es menor. Mientras algunos dirigentes se esconden detrás de conferencias y comunicados, Orrego se mete en el territorio, escucha y transmite la misma cercanía que lo llevó a la Gobernación. Su presencia potencia a la lista oficialista, encabezada por el vicegobernador Martín, secundada por Laura Palma –de Pocito, con fuerte arraigo territorial– y completada por Federico Rizo, referente del bloquismo que hoy está firme en la alianza orreguista.

El mensaje es claro: Orrego quiere llevar al Congreso legisladores que respondan a San Juan, no a intereses partidarios nacionales. En sus palabras: “para que los sanjuaninos podamos seguir haciendo, es muy importante que vayan a votar. Necesitamos legisladores en el Congreso que defiendan los intereses de la provincia con más fuerza”.

La caminata en El Carrerito mostró también otra realidad: el desgaste del peronismo local. En el propio bastión de Uñac se vieron peronistas heridos, molestos, desplazados. El mismo departamento que alguna vez fue el corazón del uñaquismo, hoy es terreno abierto donde Orrego pisa fuerte y con respaldo popular.

La campaña del frente Por San Juan busca trasladar el respaldo de la gestión de Orrego a sus candidatos, con la expectativa de lograr dos bancas en Diputados. Y la estrategia es clara: más territorio, más cercanía y más diálogo directo con la gente.

Marcelo Orrego no se esconde: camina, escucha y acompaña. Eso lo diferencia. Y es la garantía de que los candidatos de su espacio no llegan solos, sino de la mano de un gobernador que está cerca de su pueblo y que quiere lo mismo para San Juan: un futuro donde se gobierne con gestión, no con promesas vacías.