No es nuevo que los representantes gremiales dominan la escena en su exclusivo beneficio privado y que están cada vez más alejados de las verdaderas necesidades de los trabajadores a quienes dicen representar. La docencia sanjuanina conoce el tema y tiene un antecedente muy cercano. Tal es así que en el 2023 debieron salir a las calles, autoconvocados, porque los gremios que los representaban habían perdido el Norte. Lo demás es historia conocida, pero aparentemente cambió para no cambiar nada.
Enriquecerse a costa de sus representados parece seguir siendo la regla, en la que son muchos los que ni siquiera pueden justificar de dónde provienen sus patrimonios, apelando a eufemismos como herencias indemostrables, inversiones supuestamente exitosas y hasta golpes de suerte.
Esto queda claro cuando se observa que, en San Juan, el sector docente en la Categoría 004 Clase 104, percibe un total de asignaciones por 3.900.000 mil pesos, mientras que la categoría 005 Clase 004 percibe 3.100.000 mil pesos. En el otro extremo están los docentes que cobran poco más de 500.000 pesos. Esa casta sindical, ¿da clases? o ¿sólo se consideran del sector para convocar y hacer paro? ¿Va al paro o manda a los docentes de menor antigüedad a tomar las calles para defender esos sueldos que “de hambre” no tienen nada?
Esta semana, en medio de una nueva amenaza de medidas de fuerza, el gobierno local convocó a una nueva reunión paritaria para el 13 de marzo. Habrá que esperar el resultado de la negociación y que no haya nuevamente un quiebre en el diálogo con una nueva amenaza de paro. Habrá que esperar también saber quién defiende a quién: si la casta sindical seguirá bregando por conservar sus beneficios o lo primordial serán los salarios de los docentes de menos antigüedad.