El exgobernador Sergio Uñac quedó en el centro de la polémica luego de admitir que la etapa del Tour de France se fue a Córdoba porque allí “encontraron eco” en un gobernador dispuesto a apostar por el ciclismo. En sus palabras quedó implícito que San Juan no supo —o no quiso— hacer el esfuerzo necesario para retener un evento que alguna vez fue insignia provincial.
A la pérdida de ese espacio deportivo se suma otra incomodidad: los más de $10 millones que cobran los senadores nacionales. Consultado sobre el tema, Uñac se excusó diciendo que no mira su recibo y sugirió que las preguntas vayan dirigidas a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Una salida fácil que no responde lo esencial: ¿por qué los legisladores perciben sueldos tan alejados de la realidad de los trabajadores?
El contraste es evidente. Mientras la dirigencia política habla de austeridad y compromiso con la gente, evita dar explicaciones sobre beneficios propios y, en paralelo, deja que otros se lleven la bandera de eventos internacionales que San Juan supo liderar.
Uñac podrá seguir intentando justificar sus decisiones, pero los sanjuaninos ya tomaron nota: la falta de gestión y la evasión de responsabilidades pesan más que cualquier discurso bien armado.