Los habitantes del sur de Pocito enfrentan una situación crítica debido al deterioro de las calles, lo que ha provocado la suspensión del servicio de colectivos en la zona. Este problema afecta principalmente a quienes viven entre Calle 14 y Calle 18 sobre Mendoza, especialmente a los estudiantes y docentes de la Escuela Luis Vernet, quienes deben recorrer largas distancias a pie para llegar a clases.
La falta de pavimentación y el mal estado del camino llevaron a que las empresas de transporte decidieran dejar de circular por la zona. Como consecuencia, tanto alumnos como vecinos deben caminar más de un kilómetro para llegar a la parada más cercana. La situación se agrava por la escasa iluminación, lo que genera preocupación por la seguridad, especialmente en horarios nocturnos.
Guillermo, un residente de la zona, relató que si bien se realizaron obras en un tramo de la calle, desde Calle 14 hasta Calle 18 la situación quedó en el olvido. “No han terminado la obra, y por eso los colectivos dejaron de pasar. Nos dejaron sin transporte y sin respuestas”, expresó.
Julio, otro vecino afectado, explicó que las lluvias empeoran el problema, ya que el agua se acumula y dificulta aún más el paso. «Cada vez hay más gente viviendo acá porque se construyeron nuevos barrios, además de la escuela. Pero seguimos sin colectivos y tenemos que caminar bastante para llegar a la parada», comentó.
«Muchos niños deben caminar más de un kilómetro todos los días, haga frío o calor. Además, el servicio es escaso, con frecuencias de una hora, lo que obliga a los chicos a salir muy temprano de sus casas»
Desde la Escuela Luis Vernet, la vicerrectora Roxana Carvajal lamentó que, pese a que el inicio del ciclo lectivo estaba previsto, las mejoras prometidas nunca se realizaron. «Nos dijeron que la obra se haría entre enero y febrero, pero en marzo seguimos igual. No hubo avances», aseguró.
La falta de transporte no solo afecta a los alumnos, sino también a los docentes que dependen del colectivo para llegar a la institución. «Muchos niños deben caminar más de un kilómetro todos los días, haga frío o calor. Además, el servicio es escaso, con frecuencias de una hora, lo que obliga a los chicos a salir muy temprano de sus casas», explicó Liliana García, otra docente del establecimiento.
Los vecinos piden con urgencia una solución. «Es necesario que las autoridades intervengan y arreglen las calles. Los padres hacen un gran esfuerzo para llevar a sus hijos a la escuela, y los docentes también. No podemos seguir esperando», reclamó García.