Cada domingo, los senderos del Parque de Mayo se transforman en un extenso mercado donde sanjuaninos buscan precios más accesibles en comparación con los comercios tradicionales.
Desde el Monumento al Deporte hasta el frente del Auditorio Juan Victoria, más de 100 puestos ofrecen una amplia variedad de productos: desde celulares y electrodomésticos hasta indumentaria, útiles escolares y herramientas. Con el paso del tiempo, esta feria espontánea ha cobrado protagonismo como un motor económico clave en la provincia, especialmente en el contexto de crisis actual.
La actividad comienza temprano, alrededor de las 10 de la mañana, cuando los vendedores llegan a instalar sus puestos en las mejores ubicaciones. Sin embargo, el pico de concurrencia se da cerca de las 19 horas, cuando cientos de personas recorren los pasillos en busca de ofertas y novedades.
“Hay días en los que casi no se puede caminar de la cantidad de gente. La mayoría viene con el mismo objetivo: encontrar precios más bajos”, comenta Mabel Silva, feriante desde hace seis años.
Y es que la diferencia de costos es notoria: mochilas escolares por $20.000, zapatillas a $35.000, auriculares y parlantes desde $14.000 y cuadernos a $3.000. Gran parte de estos artículos provienen de países vecinos como Chile y Bolivia, lo que permite que los compradores accedan a productos que, de otro modo, tardarían meses en llegar a los comercios locales.
“Para muchos de nosotros, esto se ha convertido en una ayuda fundamental para sostener a la familia”
Una alternativa para generar ingresos
No solo los consumidores buscan alivio en la feria, sino también quienes necesitan una fuente extra de ingresos. “Para muchos de nosotros, esto se ha convertido en una ayuda fundamental para sostener a la familia”, explica Viviana, una vendedora que cada domingo instala su puesto.
Jorge Castro, quien comenzó a vender juguetes hace siete meses tras perder su empleo, señala que esta feria es su principal sustento. “Entre semana trabajo vendiendo bolsas en almacenes, pero los domingos vengo al Parque. Dependemos de esto”, cuenta.
El temor a que la feria pueda ser desalojada es un tema recurrente entre los puesteros. “Hubo rumores de que la municipalidad quería sacarnos, pero es nuestro trabajo”, expresa Jorge.
Para evitar conflictos con los comerciantes de la zona céntrica, los feriantes destacan que eligieron el Parque de Mayo por ser un espacio neutral, sin afectar directamente a los negocios establecidos. “No queremos competir de manera desleal con quienes pagan alquiler y tienen gastos fijos. Por eso, este es el mejor lugar para trabajar”, concluye Viviana.