La comunidad de Villa Los Surgentes, en Rawson, atraviesa una situación crítica por la falta de agua potable. Desde hace varios meses, las más de 50 familias que habitan la zona quedaron sin acceso regular al suministro, luego de que se quemara la bomba del único surgente que abastece al lugar.
Según relataron los vecinos, el motor fue revisado por personal de Obras Sanitarias, que confirmó el desperfecto. Sin embargo, la reparación quedó demorada por gestiones administrativas que tardaron semanas. Recién después de casi 20 días se obtuvo la autorización del Departamento de Hidráulica, necesaria para intervenir.
Esta no es la primera vez que el barrio sufre por el agua. En el pasado, arreglos en el pozo principal desencadenaron conflictos con regantes de la zona, quienes interrumpieron el suministro alegando propiedad sobre el recurso. La situación afectó tanto a las familias como a la escuela cercana.
“El agua viene en tachos viejos y no nos alcanza. Apenas la dejamos asentarse, ya está sucia”
Desde Hidráulica explicaron que la solución de fondo es instalar una nueva bomba de mayor capacidad. La ejecución, sin embargo, depende nuevamente de Obras Sanitarias. Mientras tanto, el abastecimiento llega de manera limitada a través de camiones cisterna enviados por el municipio, lo que resulta insuficiente para las necesidades básicas.
“El agua viene en tachos viejos y no nos alcanza. Apenas la dejamos asentarse, ya está sucia”, explicó Antonia Navarro, vecina del barrio. Los habitantes del lugar aseguran que viven en condiciones precarias, con módulos habitacionales y ranchos sin infraestructura, y que ya no pueden esperar más.
Desde la comunidad esperan que se concrete la compra de una bomba nueva, aunque no hay fecha definida. Frente a la incertidumbre, piden con urgencia una solución estable que garantice el acceso al agua potable.
