En medio del análisis detallado que impulsa la actual administración provincial sobre las gestiones pasadas, salió a la luz un dato preocupante: se habrían descartado 10 kilómetros de cañería del acueducto Gran Tulum, con una pérdida estimada de 50 millones de dólares.
La investigación se centra en el uso de caños no aptos para el sistema de bombeo que requiere esta infraestructura estratégica. Según explicó el vicegobernador Fabián Martín, estos materiales estaban diseñados para transporte por declive (gravedad) y no resistían la presión necesaria, lo que obligó a retirarlos y sustituirlos.
El proyecto, licitado por un total de US$200 millones, fue financiado en partes iguales por un crédito internacional —con fondos de origen kuwaití y australiano— y por el Estado nacional. Los caños en cuestión se habrían instalado durante la gestión del entonces gobernador Sergio Uñac y con fondos aportados por Nación. Según los datos oficiales, ese desembolso ya no podrá recuperarse.
La situación se agrava debido a que los caños colocados en reemplazo también están bajo revisión. La actual conducción de OSSE está a la espera de un informe técnico externo que determinará si cumplen con las condiciones para un sistema presurizado. De no ser así, podría sumarse un nuevo perjuicio millonario.
Cabe destacar que entre 2019 y 2023, OSSE estuvo presidida por Guillermo Sirerol y dependía del Ministerio de Obras y Servicios Públicos, dirigido por Julio Ortiz Andino. La obra del acueducto es clave para el abastecimiento de agua potable a miles de sanjuaninos, por lo que su correcta ejecución es prioritaria.
Durante la campaña electoral de 2023, el entonces candidato Eduardo Cáceres ya había denunciado públicamente la existencia de caños abandonados, mostrando imágenes de materiales descartados a la vera de la ruta. Hoy, esa denuncia cobra nueva relevancia en el marco de una auditoría que promete seguir arrojando datos sensibles.
