La demanda creció especialmente en los departamentos alejados y, ante la falta de fondos nacionales, la Provincia sostiene el programa con recursos propios.
El Ministerio de Familia y Desarrollo Humano de San Juan informó que actualmente se distribuyen más de 163.000 raciones diarias de copa de leche y almuerzos escolares en establecimientos educativos de la provincia. La cifra representa un aumento significativo respecto al año pasado y responde, principalmente, al crecimiento de la matrícula escolar y al complejo contexto económico.
Lorena Acosta, directora de Emergencia y Políticas Alimentarias, explicó que el programa alcanza a 259 escuelas, el mismo número que en 2024, pero con una demanda en aumento. “La cantidad de raciones depende del número de estudiantes de cada institución, y este año ha crecido más de lo habitual, sobre todo en las escuelas ubicadas en zonas alejadas”, señaló.
Durante 2024, el programa entregaba poco más de 156.000 raciones por día. Este año, ese número fue superado ampliamente y no se descarta que continúe creciendo en las próximas semanas, ya que siguen sumándose escuelas al sistema. “Estamos ajustando constantemente en base a los informes que nos remiten las directoras de cada establecimiento”, explicó Acosta.
La funcionaria destacó que, pese a las dificultades presupuestarias, el objetivo es garantizar que cada alumno reciba una alimentación adecuada. Para eso, el Ministerio trabaja con un equipo de nutricionistas que supervisa la calidad de los alimentos y asegura que cada ración sea equilibrada y rica en nutrientes esenciales.
Uno de los puntos críticos del programa es la falta de financiamiento nacional. Hasta el momento, el Ministerio de Capital Humano de la Nación no ha enviado los fondos que solía aportar para los comedores escolares. Ante esta situación, el Gobierno de San Juan decidió asumir los costos íntegramente con recursos provinciales para no interrumpir el servicio.
“La alimentación escolar no puede esperar”, remarcaron desde la cartera social, mientras continúa el esfuerzo por sostener una política alimentaria clave en el sistema educativo, sobre todo en un contexto de creciente vulnerabilidad.