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Published on: Provinciales

Entre cerros y leyendas: los mitos y fábulas que viven en el corazón de San Juan

San Juan, tierra de paisajes áridos y corazones cálidos, es también cuna de relatos ancestrales que perduran en la memoria colectiva. Historias que se transmiten de generación en generación y que construyen una identidad única entre lo real y lo mágico.

En los rincones más profundos del Valle del Zonda o entre las sombras del cerro Mercedario, laten los mitos y fábulas que forman parte del imaginario sanjuanino. Desde apariciones fantasmales hasta animales míticos y pactos con la Pachamama, las leyendas reflejan el espíritu y los miedos, pero también la sabiduría popular del pueblo cuyano.

Uno de los relatos más conocidos es el del «Ánima de la Difunta Correa», cuya tumba en Vallecito se ha convertido en centro de peregrinación. La historia de esta mujer, que murió en el desierto pero cuyo hijo sobrevivió milagrosamente gracias a la leche de su madre fallecida, ha trascendido como símbolo de fe popular y resistencia.

Otra leyenda que despierta fascinación es la del «Toro encantado de la Quebrada de la Flecha», un animal de fuego que aparece en las noches de luna llena protegiendo un tesoro escondido por los pueblos originarios. Muchos aseguran haberlo visto y prefieren no acercarse a la zona cuando cae la noche.

También sobreviven las historias de «La Llorona del Dique», una figura espectral que deambula por la orilla del Dique de Ullum buscando a su hijo perdido. Y no faltan relatos de brujas y curanderas, mujeres sabias que, entre yuyos y oraciones, desafían el olvido con sus conocimientos ancestrales.

Estas fábulas no solo sobreviven en la tradición oral. En escuelas, festivales y charlas familiares, los mitos sanjuaninos siguen siendo parte viva de la cultura local. Además, escritores y artistas de la provincia han comenzado a recopilar y reinterpretar estas historias, dando lugar a una nueva valoración del patrimonio intangible de San Juan.

Como señala la antropóloga cultural Alejandra Quiroga, “los mitos hablan de lo que somos, de nuestras angustias, nuestros sueños y nuestra forma de ver el mundo. Conservarlos no es nostalgia: es identidad”.

En tiempos de globalización, redescubrir nuestras leyendas es también una forma de anclarnos en lo propio. Porque San Juan no solo se recorre con los pies: también se camina con el alma.