Computadoras fuera de uso, televisores viejos, celulares rotos, baterías, pilas, electrodomésticos averiados… todos estos elementos suelen terminar en un rincón de la casa, un descampado o directamente en la basura común. En San Juan, al igual que en gran parte del país, la falta de infraestructura para procesarlos de manera adecuada agrava el impacto ambiental. Pero esto podría cambiar pronto.
Un empresario local ha presentado ante la Secretaría de Ambiente un ambicioso proyecto para instalar la primera planta de reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) de la provincia. La propuesta fue formalizada durante la Semana Mundial del Medio Ambiente, con la mirada puesta en consolidar un nuevo eslabón dentro de la economía circular y posicionar a San Juan como referente regional en tratamiento de desechos tecnológicos.
El impulsor de la idea es Eduardo Ramos, titular de CAMC, empresa que ya opera en el Parque Industrial Tecnológico Ambiental Regional (PITAR) de Rivadavia, especializada en la recuperación de aceites lubricantes. Ahora planea ampliar su alcance hacia los RAEE, con una planta de última generación capaz de procesar hasta 500 toneladas anuales.
Según estudios previos, la iniciativa tendría un fuerte impacto positivo: permitiría recuperar materiales valiosos como metales, plásticos y vidrios, reduciría en un 70% el volumen de residuos que van a parar a vertederos no controlados, y generaría ingresos superiores a los 600 mil dólares anuales por la venta de materiales reciclados. Además, la planta generaría al menos 20 empleos directos con capacitación técnica incluida.
El proyecto contempla un espacio de 2.000 metros cuadrados para la nave principal, acopios internos y sectores de circulación y descarga, además de maquinaria especializada como trituradoras y separadores de metales. También prevé un estricto sistema de gestión ambiental, con monitoreos periódicos de suelos y residuos líquidos.
Ramos destaca que “un solo televisor puede contener hasta ocho materiales distintos que podrían separarse y reutilizarse si existiera el equipamiento necesario. Hoy no hay una sola planta en el país que recicle todos los componentes de estos aparatos en un mismo lugar. Eso queremos cambiar”.
Aunque la intención es clara y los beneficios son múltiples, el proyecto aún espera la aprobación oficial para comenzar su construcción. Mientras tanto, en el PITAR —inaugurado en 2017 con la promesa de albergar 20 emprendimientos sustentables— solo tres empresas han logrado instalarse, y solo una funciona a pleno.
En este contexto, la posible creación de esta planta representa una oportunidad concreta para avanzar en la gestión integral de residuos tecnológicos, fomentar el empleo verde y dar un paso clave hacia una provincia más sostenible.