El mundo fue testigo de un momento trascendental este jueves, cuando el cardenal Robert Francis Prevost fue presentado oficialmente como el nuevo líder de la Iglesia Católica. Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, en una plaza colmada de fieles y emoción, saludó con el nombre papal de León XIV.
De nacionalidad estadounidense y también peruana por su labor misionera en el país sudamericano, el flamante pontífice ofreció su primer mensaje con un fuerte contenido espiritual y social. En él, destacó el legado del papa Francisco, a quien agradeció públicamente: “¡Gracias al papa Francisco!”, exclamó, haciendo referencia a su servicio y entrega. También recordó con emoción su paso por la diócesis de Chiclayo, desde donde comenzó su misión pastoral.
«¡El mal no prevalecerá!», proclamó con convicción. León XIV centró su discurso inaugural en la necesidad urgente de construir paz, tender puentes entre culturas y promover la justicia: “Invito a los pueblos del mundo a trabajar por la reconciliación y a no temerle al diálogo”, expresó.
La elección de este nuevo Papa despertó reacciones en todo el planeta, incluyendo la provincia de San Juan. El gobernador Marcelo Orrego se sumó a los mensajes de felicitación a través de sus redes sociales: “Que este nuevo tiempo esté lleno de encuentro, humildad y esperanza para toda la humanidad. Desde San Juan, le deseamos un camino de fe y servicio. Dios lo acompañe”.
Con una historia marcada por su labor en Perú desde los años 80, cuando lideró misiones en Chulucanas y luego en Trujillo, León XIV es el primer pontífice con nacionalidad peruana. Su designación representa, para muchos, un signo de continuidad del espíritu renovador de Francisco, pero también una apertura hacia nuevos horizontes para la Iglesia.
Su pontificado inicia bajo el signo de la paz, con un mensaje claro: unidad, justicia y compromiso con los más vulnerables.