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Published on: Provinciales

San Juan impulsa una ley para reconocer a los animales como seres con sensibilidad

En coincidencia con el Día del Animal, el gobernador Marcelo Orrego presentó un ambicioso proyecto ante la Cámara de Diputados que propone considerar a los animales como «seres sintientes no humanos». Esta iniciativa pretende modificar la visión jurídica tradicional que los trata como objetos, y avanzar hacia un enfoque más protector de sus derechos.

Desde el Ejecutivo provincial explicaron que el objetivo es dotar al sistema legal de herramientas más eficaces para combatir el maltrato animal, permitiendo penas más duras y efectivas. El secretario de Ambiente, Federico Ríos, remarcó que “el reconocimiento de que los animales sienten dolor, alegría o angustia debe tener una traducción legal. Hoy existen leyes que penalizan el maltrato, pero no alcanzan porque, en los hechos, los animales siguen siendo vistos como cosas”.

El proyecto complementa normas ya vigentes en la provincia, como las leyes 2005, 2190 y 1050, pero plantea un cambio profundo en el enfoque. “Queremos que, ante un caso de violencia animal, los jueces puedan dictar fallos con sanciones realmente ejemplares. Es la forma más directa de prevenir estos hechos”, aseguró Ríos.

Además, la propuesta incluye restricciones específicas: se prohíbe mantener en cautiverio a animales silvestres, autóctonos o exóticos, su uso en espectáculos como circos o pruebas de destreza, la caza de aves y la experimentación con animales cuando existan alternativas científicas.

Aunque la iniciativa fue bien recibida en muchos sectores, desde el activismo proteccionista manifestaron reparos. Emilia Merino, referente de la Salita de Emergencias para animales, valoró la intención, pero advirtió que una ley sin una aplicación real y sin educación ciudadana no es suficiente. “Se rescatan galgos y muchas veces se los devuelve a quienes los maltratan. Sin cambios culturales y sin control efectivo, la norma queda vacía”, expresó.

También criticó la falta de participación de las asociaciones proteccionistas en el armado del texto. “No conocemos los detalles y eso genera dudas. ¿Qué va a pasar con prácticas como las cabalgatas o el uso de caballos para tirar carros? Hace falta una mirada más integral y sostenida en el tiempo”, concluyó.