El ministro de Producción, Trabajo e Innovación de San Juan, Gustavo Fernández, defendió la llegada de inversores de otras provincias al sector minero y, al mismo tiempo, lanzó duras críticas hacia parte del empresariado local y a gestiones anteriores ligadas al peronismo.
En declaraciones radiales, el funcionario confirmó que “algunos capitales mendocinos han mostrado interés en participar activamente en la minería de San Juan”, y cuestionó los reclamos por la presencia creciente de firmas foráneas en el rubro. “Habría que preguntarse por qué los empresarios sanjuaninos no se animan a invertir 5.000 dólares en un pliego o asociarse con capital extranjero para lanzar un proyecto”, planteó.
Fernández también advirtió que uno de los desafíos de su gestión es “romper con la lógica del club de amigos” entre proveedores del sector minero. “Tenemos que garantizar que haya competencia real y oportunidades para todos, no solo para los de siempre”, afirmó.
El ministro aprovechó además para cuestionar el modo en que se manejaba la comunicación oficial durante las administraciones justicialistas. “No podemos seguir armando fiestas cada vez que una empresa presenta un informe de impacto ambiental. Ese documento inicia un proceso técnico que lleva al menos un año, y muchas veces se vendía como si al año siguiente ya empezaran las obras”, criticó.
El reclamo por la participación de empresas no sanjuaninas en la cadena minera no es nuevo. Meses atrás, el intendente de Calingasta y representantes de CAPRIMSA expresaron su malestar. Pero Fernández insistió en que el verdadero debate debe centrarse en “qué tipo de negocios está dispuesto a encarar el empresariado sanjuanino” y qué niveles de riesgo está dispuesto a asumir.
Incluso, analizó el fenómeno desde una perspectiva histórica: “El terremoto del 44 marcó un antes y un después en nuestro esquema empresarial. Aumentó la dependencia del Estado. La minería de los 2000 apenas empezó a cambiar eso, y lo hizo de manera imperfecta”.
El funcionario destacó que el único sector con capacidad para ofrecer demanda de escala es la minería. Por eso, insistió en la necesidad de fortalecer a los proveedores locales, generar condiciones de inversión realistas y dejar atrás las prácticas del pasado: “Si no hay seguridad jurídica y previsibilidad macroeconómica, ningún proyecto se concreta solo con entusiasmo y promesas”.
Así, Fernández dejó en claro que el modelo actual busca inversión con impacto, proveedores locales con protagonismo y una política minera transparente, sin exclusividades ni shows políticos.
