San Juan, la segunda provincia vitivinícola del país, cerró su cosecha de uva 2025 con resultados por debajo de lo previsto. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), se recolectaron 390.814.108 kilos de uva, lo que representa una caída del 5,89% respecto al año anterior, cuando se habían cosechado más de 415 millones.
La cifra preocupa al sector productivo local, que esperaba un repunte tras los pronósticos iniciales del INV, que hablaban de una vendimia cercana a los 480 millones de kilos. Sin embargo, la realidad fue otra: problemas climáticos, enfermedades como la peronóspora y otros factores sanitarios redujeron considerablemente el rendimiento.
“El número es muy bajo. Quizás hubo potencial en los viñedos al inicio, pero entre los eventos climáticos y las enfermedades, se perdió mucha fruta”, sostuvo Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes, en diálogo con la prensa. Ramos también remarcó que la preocupación crece al observar que tampoco se cumplió con la proyección nacional, más allá de que el balance fue positivo a nivel país.
En efecto, el INV informó que a escala nacional se recolectaron 19,8 millones de quintales en 2025, lo que implica un aumento del 4% frente a 2024. Este volumen convierte a la presente vendimia en la más grande desde 2021. Las uvas tintas lideraron la cosecha, seguidas por las rosadas y blancas.
Precios que no acompañan
Más allá del volumen, otro tema que golpea fuerte a los productores sanjuaninos es el precio. Mientras los costos de vida y producción se dispararon, el valor que reciben por la uva permanece estancado.
“En un año, el costo de vida subió más del 70% y el dólar también se movió, pero nos están pagando igual o menos que el año pasado. Es insostenible”, denunció Ramos. Los insumos, fertilizantes y combustibles, todos con precios atados al dólar, profundizan la crisis económica de los viñateros.
El escenario deja en evidencia que la vitivinicultura sanjuanina enfrenta un doble desafío: la baja en los rindes y un mercado interno que no termina de reconocer los costos reales del sector.